sábado, 29 de octubre de 2016

EL CAMBIO DE UN PANTALÓN



EL CAMBIO DE UN PANTALÓN  09-10-2016
María Marín, brindo para ti esta entrada

Hay dependientas de muchas clases, yo misma lo fui en mi dorada juventud, y me parece una profesión muy digna, bonita y en muchas ocasiones difícil y muy trabajosa, se llame como se llame el mostrador tras el que has de atender a toda clase de público.
En esta ocasión me referiré concretamente a ese corte extranjero, donde dependientas y dependientes trabajan tan como burras y asnos; y son ninguneados por sus “glamurosos” jefes, igual o más que en cualquier supermercado de barrio.
Ocurre que muchas de estas señoritas –salvo algunas honrosas excepciones- miran al cliente como por encima del hombro  y lo tratan como si fueran semi diosas y el cliente una mierdecilla que debe adorarlas y rendir pleitesía. Evidentemente no todas, pero sí lo son más que en cualquier otra empresa. He de reconocer también que los chicos de esta gran superficie son menos “altaneros” que sus  féminas compañeras o al menos así lo percibo.
En este caso nadie es más que nadie, por tanto no ofende quien quiere sino quien puede y si ellas son vendedoras, cualquier cliente en ese momento es mucho más importante para la empresa que ellas… aunque las joda.
Hace unos días tuve que ir a ese local de alto copete “El corte forastero”, a llevar un pantalón defectuoso de mi marido de marca conocida y comprado en rebajas, que para eso están, para que las “pobretonas” como yo, nos beneficiemos de ellas.
Bien, pues el pantalón había perdido su color en las primeras “posturas”. Lo lavé a mano porque llevarlo a cambiar usado me parece una guarrería, por muy limpio que estaba del poco uso. Sobra aclarar que lo sequé en el tendedero interior de casa, no al sol ni al aire.
Al ver el pantalón, la dependienta muy amable enseguida me hizo ver que tenía razón, pero aun así hubo de preguntar a otra “superior”, bajita cuyo rostro exageradamente maquillado no pudo ocultar la apariencia de medio boba; que me miró con cara de “soy más guay que tú, y más guapa, y más lista”… Ésta dijo con gestos de exagerado menosprecio al pantalón, que estaba decolorado por haberlo tendido al sol… la hice comprobar que no, porque hubiera tenido marcas de la cuerda o de las pinzas de tender y no las tenía… entonces con sus dotes de idiota,  su pelo liso moviéndose al son del aire acondicionado del local  como las algas en un estanque y cara de boquerón en vinagre, me dijo: “con el aire de la calle al usarlo pierde el color”…
Ante tamaña desfachatez (que no podría denominar explicación), muy digna yo, en vez de mandarla bien lejos y ponerme como lo que ella pensaba que soy… (Una barriobajera estúpida y gorda); la miré fijamente a los ojos y  dije educada, tranquila y lentamente: “Tú tienes la obligación de dudar de mi, pero yo tengo el derecho a que me creas, sobretodo porque te estoy diciendo la verdad y tú sólo expones absurdos razonamientos que podrás darle a otro más tonto, pero no a mí…
Sólo la faltó ponerme la alfombra roja… pidió disculpas casi hasta en hebreo y me cambió el susodicho pantalón.
Mi despedida –sin dejar de mirarla directamente a los ojos- fue: “La próxima vez, estudia un poco más tus razonamientos y calma el ímpetu de tu prepotencia. Yo sólo soy un simple cliente, y tú no eres más que una dependienta… Buenas tardes…

martes, 25 de octubre de 2016

CREMACIÓN O ENTERRAMIENTO



   25-10-2016

Si ya es complicado vivir con arreglo a la estricta ley de Dios para poder entrar en el paraíso cuando muramos, parece que ahora también el lugar donde seamos enterrados va ser impedimento para poder entrar en la Gloria por la puerta grande.

Nos desayunamos hoy con que a las autoridades eclesiásticas  se les ha ocurrido ordenar que no se pueden guardar las cenizas en casa, ni lanzarlas al viento ni al agua del mar o esparcirlas con respeto por el lugar donde el propio finado dejara dicho que deseaba descansar.

Hay quienes tenemos muy claro lo que queremos que hagan con nuestros restos llegado el momento. Cremación o enterramiento es un debate que daría para mucho y no es el caso.

Las creencias religiosas van dando paso cada vez más al deseo póstumo de incineración, puesto que (hasta ahora) igual se puede entrar en el Reino de los Cielos cremado o enterrado ¡¡Faltaría más!! Con llevar una vida correcta, ser honrados y humanamente bondadosos, todos tenemos derecho a entrar en ese reino prometido después de cruzar el umbral de la vida a la muerte.

También se ha dicho muchas veces que morirse no es gratis; incluso el sepelio más económico cuesta un ojo de la cara al familiar del muerto. No digamos ya, aquellos que vete a saber porqué conciencia se gastan mucho más en un entierro de lo que el muerto (avaro, añoso o adinerado) se gastó en toda su vida, que es cuando hay que disfrutar del dinero.

Lejos de creencias religiosas o las “creencias” monetarias, están también el cumplimiento del deseo a ser incinerado, y el respeto a que se cumpla ese deseo; aunque al parecer es más económica la cremación, al ahorrarse el gasto de enterramiento y posterior nicho, panteón y ornamentos florales cada 1 de noviembre…. Aunque esto sea lo menos importante en este caso.

Hay quien desea con toda su alma conservar las cenizas de su familiar en casa para tenerlo más cerca o por la razón que sea, y ahora ni eso va a ser posible; ni honrar la memoria de su ser querido esparciendo las cenizas o enterrándolas bajo un árbol para sentir que sigue vivo porque han decido  que no van a permitir nada de esto. Las cenizas han de descansar dentro de un columbario, en un cementerio para que sus familiares puedan ir a orar por ellos.
¿De veras es ese el motivo? ¿De veras a los muertos sólo les llegan para la salvación de su alma las oraciones elevadas por ellos frente a una lápida?
¿No se supone que Dios está en todas partes? Pues me niego a rezar por mis muertos solamente en un terreno acotado.
A las personas queridas que se me han ido y he tenido que decir adiós con mucho amor y mucha impotencia, les siento tan cerca de mí, que puedo hablarles casi al oído en el preciso momento en que se me antoje, sin horario de apertura y cierre, sin desplazarme un milímetro lejos de mi misma y sin pensar que están frente a mí sólo si leo su nombre en una fría lápida. Ellos viven en mi corazón y mientras yo tenga memoria, ahí tendrán su rincón y así quiero que sea cuando yo me vaya ¿O tampoco ese póstumo deseo va a ser cumplido?
Mis cenizas ya sabes quienes tienen que saberlo dónde quiero que reposen.
¿De verdad no llegarán al Cielo las almas de los incinerados cuyas cenizas guardan sus deudos, o se esparcieron en lugares lógicos? Entiendo que las cenizas no deben depositarse en lugares que puedan molestar la sensibilidad humana, ni dejar las urnas vacías –y en ocasiones llenas- en basureros, en estanques, en medio del campo al aire libre o en los más insospechados e irreverentes lugares; aunque quien trata así las cenizas de sus muertos, tampoco respetarían su memoria ni rezarían un cuerpo enterrado.

Pienso que hay demasiado que corregir en el mundo de los vivos; mucha hambre que saciar y muchas injusticias terrenas que reparar, como para encargarnos de  prohibiciones que no benefician ni al vivo ni al muerto, que además morirá sabiendo que no se respetará su última voluntad y  se irá de este mundo para llegar al otro donde estas normas ni dañan ni importan.

jueves, 20 de octubre de 2016

¡¡HASTA SIEMPRE CUATE!!



¡¡HASTA SIEMPRE CUATE!!  14-10-2016

Querido Jose Félix ¡¡Qué injusta fue la vida en tu final!! No quiso el destino respetar lo que tú mismo habías escrito; o creías estar escribiendo, aunque en realidad querido cuate, lo único que hacemos en la vida son planes, que en ocasiones alguien viene y nos los desbarata por completo.

Con todo preparado para venir a tu casa; a miles de kilómetros, por sorpresa  se cruzó en tu camino la guadaña maldita. Se coló en tu vida para llevársela cuando de nada le servía porque era tuya y sólo tuya.
Pili fue la primera en recibir el brutal mazazo, y la encargada de contar el horror al resto de tus hermanas y a tu familia: Ya no estabas, te arrancaron de su lado con la crueldad infinita de los renglones torcidos que el destino imprime.

En mi caso, aprendí a conocerte gracias al amor con que tu hermana Pili siempre me habló de ti, y aunque no tuvimos ocasión de vernos muchas veces, conmigo fuiste amable, cariñoso y cercano. Me dijiste palabras que no olvidaré, porque en un momento de aflicción, supiste aliviar mi pesar, y sentir que gracias a leer en su Blog las cartas que de él publicaba, los últimos días del yayo Félix fueron un poco más felices.

¿Qué habrá dicho él al verte llegar? Al yayo Félix lo despedimos hace cuatro años con infinita tristeza, con mucho dolor porque nunca queremos que llegue la despedida por más que fuera “Ley de vida”… ¡¡Ley… de vida!!!

Recorriste el mundo entero impartiendo sabiduría, corriendo toda clase de peligros y ha tenido que ser en el lugar donde más seguro te sentías.

No lo merecías Jose. Una persona tan buena, honesta, cabal, trabajadora, inteligente, amable, cariñosa… todas las virtudes humanas te adornaban, y por eso no mereciste jamás un final tan prematuro y tremendo.
Tu luz se apagó sin sentido, con toda la vida y las ilusiones por delante, cuando hay demasiada gente loca que busca y hace méritos para marcharse y aquí están ellos, y ahí estás tú.

Hoy tu familia que no puede respirar sin ti, se quedan con la desolación de tan injusta e inesperada partida. Creen estar viviendo en una película de terror y pesadilla donde el protagonista no sabía su papel, ni deseó jamás interpretarlo.
No les queda siquiera el consuelo de conservar tus cenizas junto a las de tu amado padre, o el de haber podido despedirse de ti en un sepelio que se efectuó a miles de kilómetros.

Tu querida madre, a la que desde tan lejos telefoneabas cada día,  en varias ocasiones dijo que esperaba tu inminente regreso para morir tranquila. Ahora querrá morir para volver a verte y no separarse jamás de ti.
Tus millones de amigos te lloramos sin consuelo, impotentes por no poder hacer nada para borrar el sufrimiento de tus más allegados.

Descansa en paz junto a tu querido padre,  tío Paulino y junto a todos los que partieron y hoy te reciben con amor y extrañeza.
Junto a ellos has de mostrar a tu madre y a tus hermanas, a los sobrinos que te adoran, a tus cuñados, a los íntimos amigos el camino para seguir sin ti.

Descansa en Paz querido cuate y  envíales paz para aliviar su tremenda pena.


Querido yayo: Ya ves qué prematuramente llegó a tu vera tu amado hijo.
Tú ya sabes de qué va esto, pero él, no tuvo tiempo ni de prepararse para el largo vuelo, ni de despedidas de tanta gente como amó y hoy le lloran impotentes e incrédulos.

Ayúdale a volver para velar sus sueños, tal como tú lo haces cada noche. Enséñale a decirles que no lloren, que sientan que no se fue y como tú, jamás se irá mientras ellos mantengan vivo su recuerdo.
Una madre jamás debería ver partir a ninguno de sus hijos y aunque le oculten datos, ella sabrá que no volverá a ver a su niño del alma. No habrá para ella dolor más insoportable que saber que ni un solo día más recibirá su llamada, ni volverá a abrazarle. No tendrá consuelo ni vida para desear seguir respirando sin él.
Todos hemos dicho: qué suerte que no estás para sufrir esta noticia y qué suerte tiene Jose que estás para abrazarle a su llegada.

Dulces sueños querido Yayo. Ya nunca te sentirás solo.

sábado, 15 de octubre de 2016

QUERIDA AMIGA JULI



Querida amiga Juli: Hace unos días me llamaste rota de dolor para comunicarme la peor de tus noticias. Acabas de perder al amor de tu vida. Un golpe seco, un golpe de muy mala suerte te lo arrebató y ahora tus hijos y tú lloráis sin consuelo su perdida.

Nadie dijo que la vida fuera fácil y desde el principio tuvisteis que superar duros obstáculos que en vez de mermarlo, hizo crecer vuestro amor hasta hacerse indestructible.

La mejor recompensa a ese amor fueron vuestros hijos Silvia,  Fernando y con Silvia ahora también lo es Alberto. Ellos no pueden comprender por qué su padre ya no está y no perdonan lo injusto de la forma en que os lo han arrebatado de las manos cuando todo era tan bonito y tranquilo en vuestra nueva casa.

La salud también os dio algún que otro susto. Fuiste el mayor apoyo y la luz de sus ojos cuando comenzaron a apagársele, y justo ahora, cuando todo a vuestro alrededor era felicidad con la serenidad que los años otorgan; el destino escribió su última página para él.

Ahora tenéis que aprender a vivir sin verle, luchando por su memoria, para que no queden flecos sueltos y brille la verdad.

Desde donde ahora está, ha de enviaros mucha fuerza para seguir la vida sin verle.

D.E.P. Ezequiel. Muchos besos y ánimo Juli, Silvia, Fernando, Alberto y todos los que algún día le conocieron y le quisieron.

BIENVENIDOS...

... A este Blog creado para difundir noticias e historias de mi pueblo. Espero que encontréis aquí lo que andabais buscando. Si no es así y creéis que puedo ayudaros a conseguirlo, dejad la pregunta en un comentario, y a la mayor brevedad será atendido. Gracias por venir.